Como cada 17 de noviembre vuelve el recuerdo de Enrique Urquijo, si es que alguna vez se ha ido. El chico triste de las canciones tristes. En Enrique la derrota es tristeza, sin la chulería orgullosa de Quique González, sin el toque autoparódico de Nacho Vegas, sin la melancolía poética de Antonio Vega. Es tristeza, sin más. Hasta su canción más alegre habla de la tristeza. Y es una despedida.
Doce noviembres después, no hay motivos para la tristeza, pero sí para el homenaje. Y para sus canciones.
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