El peligro no es cuestión de un par de golpes,
el peligro es no saber a donde ir,
el peligro es no encontrar jamás tu sitio
y sentir que ya llegaste sin salir.
El peligro es el fantasma que planea
sobre aquello que juraste un día alcanzar
y te ata de las manos mientras graba en tu pellejo
una cifra, una letra y a volar
una cifra, una letra y a volar.
Y correr dicen que es cosa de cobardes,
pero todos somos carne de cañón,
yo lo soy y no me importa,
confesar que más que nadie,
pero aquí quién no es cobarde por amor
pero aquí quién no es cobarde por amor.
El peligro es perder a quien se ama,
con la furia que desata el huracán,
comprobar que en casa ya no espera nadie
y que no hay nadie a quien puedas esperar
y que no hay nadie a quien puedas esperar.
Y correr dicen que es cosa de cobardes,
pero todos somos carne de cañón,
yo lo soy y no me importa,
confesar que más que nadie,
pero aquí quién no es cobarde por amor
pero aquí quién no es cobarde por amor.
El peligro es cuando queman las entrañas,
por amor o desamor que más me da,
y el valor se te hace escarcha
y el aire explota y amarga
en tu pecho por la mujer que se va
en tu pecho por la mujer que se va.
Y correr dicen que es cosa de cobardes,
pero todos somos carne de cañón,
yo lo soy y no me importa,
confesar que más que nadie,
pero aquí quién no es cobarde por amor
pero aquí quién no es cobarde por amor.
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